Garmin Mountain Festival: donde el trail vuelve a ser lo que era

Hay lugares en los que la montaña no es un decorado, sino un personaje más. Donde el deporte se confunde con la celebración, y el silencio del valle se llena, por unos días, de pisadas, voces y niños corriendo entre carpas. Uno de esos lugares es el Valle de Boí, y uno de esos momentos es, sin duda, el Garmin Mountain Festival

Desde hace más de una década, este evento ha sabido consolidarse como mucho más que una cita deportiva. Nacido en 2014 bajo el nombre de BUFF Mountain Festival, supuso una pequeña revolución: un encuentro en alta montaña que combinaba carreras de trail con actividades culturales, de naturaleza y para familias, algo prácticamente inédito en ese momento. La apuesta por un formato abierto, participativo y multigeneracional fue tan bien recibida que no tardó en hacerse un hueco entre las grandes citas del verano. En 2022, tras cerrar una etapa gloriosa con BUFF, Garmin tomó el relevo como patrocinador principal, pero sin cambiar la esencia. Al contrario: la reforzó, actualizándola y ampliándola.

Hoy, el Garmin Mountain Festival es un festival en el sentido más amplio: carreras, sí —y de las buenas—, pero también yoga al amanecer, cine bajo las estrellas, talleres para aprender a orientarse sin móvil, test de zapatillas, música, gastronomía y, sobre todo, una atmósfera de comunidad que resulta cada vez más difícil de encontrar en el mundo del trail actual.

Porque este festival no busca parecerse a nada. No quiere batir récords de participación ni ocupar portadas por la magnitud de sus cifras. Su grandeza está en otra parte: en su capacidad de reunir a familias enteras alrededor del fuego lento del deporte en la naturaleza. Padres que compiten mientras sus hijos corren la versión infantil, abuelos que se animan a probar la marcha nórdica, curiosos que se apuntan a una salida guiada sin necesidad de dorsal. Aquí, todos caben. Y eso es lo que lo hace especial.

Las competiciones, por supuesto, no son un simple añadido. Son rutas exigentes, bellísimas, diseñadas con mimo para atravesar lo mejor del entorno del Parque Nacional de Aigüestortes: bosques, circos glaciares, lagos suspendidos entre picos afilados y crestas que cortan la respiración. El maratón de montaña, la modalidad Sky de 21 km y la carrera de 10 km forman un tridente que no defrauda a ningún perfil de corredor. Pero lo que diferencia a este evento de tantos otros es que no se acaba cuando cruzas la meta. Al contrario, ahí es donde empieza el verdadero festival.

Cada edición suma nuevas propuestas, nuevas formas de acercar la montaña al gran público sin renunciar al respeto por el entorno. Hay compromiso con la sostenibilidad más allá del eslogan. Hay un equipo detrás que escucha y mejora. Y hay un valle —el de Boí— que no solo acoge, sino que se implica y se deja impregnar por la energía de cada corredor y cada familia que lo visita.

Quien ya lo ha vivido, lo sabe: hay algo distinto en el ambiente. Un equilibrio sutil entre la exigencia del reto y la celebración de la naturaleza. Y en un mundo en el que el deporte parece cada vez más una industria, encontrar un rincón donde el trail aún huele a tierra, a sudor sincero y a sonrisa compartida, es casi un milagro.

Este junio, vuelve el Garmin Mountain Festival. Y con él, vuelve el espíritu de un trail auténtico. Uno que no necesita gritar para ser escuchado.

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En 2023, el festival vivió una de sus ediciones más multitudinarias, con más de 2.000 participantes en las distintas modalidades y cerca de 10.000 visitantes durante el fin de semana. La propuesta deportiva incluyó cuatro distancias: la Epic Trail Ultra de 62 km (+4.500 m), el Maratón de 42 km, el recorrido de 24 km y una modalidad de 12 km ideal para quienes se iniciaban o venían a disfrutar del entorno a otro ritmo.

Las condiciones meteorológicas fueron favorables, con cielos despejados y temperaturas suaves, lo que permitió disfrutar del espectáculo en su máxima expresión. Entre los vencedores, destacaron corredores de renombre nacional e internacional, y el ambiente en meta fue una fiesta de abrazos, música y orgullo compartido.

La edición de 2024, por el contrario, estuvo marcada por la dureza del clima. La lluvia obligó a modificar algunos tramos y a cancelar parte de las actividades paralelas del sábado. Este escritor lo sabe bien, ya que estuvo allí, corriendo bajo un intenso granizo que, por otra parte, nos regaló a todos una fantástica aventura donde. Hay que decir que la organización respondió con solvencia, demostrando su compromiso con la seguridad y la experiencia del corredor. Aun así, las pruebas se disputaron con éxito, y el domingo ofreció una tregua que permitió completar las distancias previstas en condiciones duras, pero épicas. Las crestas húmedas, los descensos entre niebla y los paisajes teñidos de gris regalaron a quienes estuvieron allí una jornada inolvidable, de las que dejan huella.

Ambas ediciones reafirmaron algo que el tiempo ya había confirmado: que el Garmin Mountain Festival no es un evento más, sino una cita con alma. Un lugar al que se vuelve, no solo para correr, sino para recordar por qué empezamos a hacerlo.